UNA LIEBRE CONFIADA...?


LIEBRE COMÚN (Lepus capensis)
 Hoy acompañando a un amigo a sacar a pasturar a las cabritas, nos hemos encontrado con una pareja de LIEBRES.
Una de ellas desapareció enseguida, pero la otra se quedó por la zona a pesar de que nos encontrábamos excesivamente cerca. Probablemente este comportamiento se deba a que no muy lejos andarían los LEBRATOS, agazapados bajo algún matorral  inmóviles para intentar pasar desapercibidos...


Esto nos dio la oportunidad de sacar algunas fotos sin prisas ya que el animal parecía no tener demasiado miedo por nuestra presencia y se limitaba a rascarse, comer y andar tranquilamente casi en círculos. En los alrededores encontramos varias de sus letrinas, lugar donde suelen concentrar sus excrementos y el terreno  estaba bastante escarbado.
Durante largo rato nos quedamos observando su comportamiento, incluso pude tumbarme en tierra a tan solo un metro de distancia de ella para hacerle unos primeros planos.


CONEJO 
En estas dos fotos podemos ver las diferencias entre un conejo (arriba) y una liebre (abajo).

La LIEBRE posee unas orejas más largas y marcadas en la parte trasera por una mancha negra bien visible, patas más largas y es algo más grande. El CONEJO tiene las orejas más cortas y más redondeadas y carece de estas manchas.

                      Al huir podemos ver claramente las manchas negras en las puntas de las orejas.






Aunque se le ve y se le caza de día, es un animal de costumbres nocturnas. Nada bien, trepa sin dificultad y es mucho más veloz que el conejo, alcanzando hasta los 70 Km/h.. Se le puede ver en todo tipo de terrenos abiertos.
Durante el verano se adentra en las montañas llegando hasta los 2.000 metros de altitud.

Es un roedor herbívoro, se alimenta de cortezas, granos, raíces, legumbres, plantas como el trébol, cardo, setas... aunque en ocasiones tiene tendencia a un régimen omnívoro.

La LIEBRE concibe lebratos en todas las estaciones del año.
Tras 42-44 días de gestación, nacen de 2 a 4 lebratillos con los ojos abiertos y cubiertos de pelaje (a diferencia de los gazapos que nacen ciegos y desnudos), caminan al poco de nacer y ocupan sus propias madrigueras, las cuales la madre va visitando para amamantarlos. Al mes son totalmente independientes.








Al acercarnos, pudimos ver que tenía las orejas llenas de heridas provocadas por las garrapatas y en una de ellas aún se podían ver unas cuantas aferradas a la carne del animal.




 A veces cuando nos cruzamos con ellas, estas permanecen inmóviles entre los matorrales, con las orejas gachas y no salen corriendo hasta que las tenemos prácticamente bajo nuestros pies.


Fotografías pertenecientes a  "EL MOCHUELO CURIOSO".