28-4-17
TORLA, A LAS PUERTAS DE UN VALLE ENCANTADO.
De ruta por el valle de Ordesa.
Componentes: Jose Alcaraz y Miguel A. Quereda
TORLA
Llegamos a Torla la tarde del jueves 27 de abril, con la esperanza de que el tiempo nos diese un respiro y nos permitiese recorrer todo el valle y poder llegar hasta la famosa Cola de Caballo.
Aprovechamos que aún teníamos algo de luz para hacer una visita rápida al valle de Bujaruelo ( tema al que le dedicaremos una próxima entrada ) y luego decidimos dar un paseo por Torla, localidad situada a la entrada del parque y punto obligatorio de visita.
Sus calles adoquinadas y sus casas construidas en madera y piedra guardan perfectamente la estética de los pueblos de montaña dándole ese aire añejo y rural que tanto encanto les otorga.
Casi en soledad recorremos sus empinadas calles en busca de un lugar donde tomar un café caliente ya que el tiempo a vuelto a hacer de las suyas y la temperatura ha caído considerablemente.
Desde el interior de una cafetería, a través del cristal, contemplamos a los pocos valientes que se aventuran a pasear con el temporal, mientras sujetamos una taza humeante de café con leche. Esos pequeños placeres...!
Entre las piedras de los muros sombríos y húmedos, brotan diminutos jardines verticales; es la vida ,luchando por salir adelante en cada pequeño rincón
CASCADA DEL SORROSAL (BROTO)
BROTO Y EL RÍO ARA
De vuelta a Fiscal (población donde pasaríamos la noche) hacemos una parada en Broto para cenar.
Día 28, volvemos a Torla y comenzamos la subida al valle de Ordesa.
Mapa del recorrido desde el Parking de la pradera. Aproximadamente unos 19 Km entre la ida y la vuelta por el valle.
El cielo azul promete una jornada tranquila y de buen tiempo, aun así, aquí las cosas pueden torcerse en cuestión de minutos. Por suerte, el día transcurrió con una temperatura perfecta para caminar.
Tan solo al atardecer empezaron a entrar nubes un tanto sospechosas.
El TOZAL DEL MAYO, el guardián del parque, con sus impresionantes paredes verticales.
La pradera, a la altura de COTATUERO. En este punto, la pista es muy llevadera y a malas penas tiene desnivel. La subida comienza en la aproximación a las varias cascadas que encontraremos a lo largo del camino y en el tramo del bosque de Hayas.
Nidos realizados (probablemente) por un Pico picapinos.
HERRERILLO COMÚN
A lo largo del camino nos encontraremos con varias fuentes donde podremos reponer el agua.
CASCADA DE LA CUEVA.
PETIRROJO
CASCADA DEL ESTRECHO.
ZORZAL
Según vamos avanzando, el bosque se va abriendo y por momentos podemos contemplar las enormes paredes de roca, que en muchas ocasiones nos recuerdan a autenticas fortalezas.
Mirador de la cascada del estrecho.
LAS GRADAS DE SOASO
GENCIANA DE PRIMAVERA
Al llegar al Circo de Goriz, las dimensiones se pierden sin la referencia de personas o arboles.
Las distancias engañan y lo que parece estar cerca, no lo está tanto.
Los grupos de visitantes llegan hasta la Cola de Caballo que es donde el valle se cierra y aquí dan media vuelta para iniciar el regreso por donde han venido.
Por esta "FAJA" (sobre el límite del bosque) transcurre una de las rutas de regreso más llamativas del parque, LA SENDA DE LOS CAZADORES. En estas fechas es poco recomendable por el peligro de aludes, desprendimientos de rocas y hielo. A nosotros nos aconsejaron olvidarnos del asunto pues el riesgo era muy alto.
Decidimos apartarnos del camino y encaramarnos a una de las laderas para disfrutar mejor de la tranquilidad y contemplar desde nuestra atalaya el maravilloso panorama que nos ofrece el parque, así también nos alejamos un poco de los visitantes, que para nosotros ya son demasiados.
Comiendo en el prado mientras observamos a las marmotas.
Para ver a las marmotas, tan solo debemos fijarnos bien en las laderas donde limitan las pedreras y los prados. Hay mucha gente que pasa de largo sin llegar a verlas, ya que si se quedan quietas se confunden perfectamente con las rocas.
Es muy habitual sorprenderlas jugando, aunque a veces parece más un combate de boxeo que un juego, como podemos ver en el vídeo.
Para ver a las marmotas, tan solo debemos fijarnos bien en las laderas donde limitan las pedreras y los prados. Hay mucha gente que pasa de largo sin llegar a verlas, ya que si se quedan quietas se confunden perfectamente con las rocas.
Es muy habitual sorprenderlas jugando, aunque a veces parece más un combate de boxeo que un juego, como podemos ver en el vídeo.
Madrigueras de marmota.
MARMOTAS
CHOVA PIQUIGUALDA
Junto a la Cola de Caballo, siempre podemos disfrutar de la compañía de las chovas piquigualdas ya que están muy acostumbradas a la presencia de los senderistas y como buenas oportunistas que son, aprovechan para mendigar algo de comida. Estas aves son de la familia de los córvidos y como tales son aves inteligentes que nos pueden hacer pasar un buen rato con sus vuelos acrobáticos, sus piruetas y su comportamiento curioso.
COLIRROJO (hembra) a la espera del cambio de turno de incubación con su pareja.
El macho se ve tras la sombra de la roca saliendo del nido.
Cuando el numero de senderistas ha disminuido, es cuando nosotros nos acercamos hasta la cascada para poder sacar mejores fotos sin tanta gente por medio.
LAGARTIJA ROQUERRA (Podarcis muralis).
A partir de las cascadas y sobre todo en la zona de las Gradas de Soaso, podemos ver estos pequeños y simpáticos reptiles soleándose y correteando entre las rocas.
LA COLA DE CABALLO
A partir de aquí, aquellos que quieren continuar con el recorrido ya tienen que afrontar la subida que hay hasta el refugio de Goriz, punto desde donde parten la mayoría de los grupos que deciden subir al famoso MONTE PERDIDO 3.355m. (la tercera cima más alta de los Pirineos)
José Alcaráz y Miguel A. Quereda.
Buena entrada amigo!!!
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