Ait Benhaddou, un pueblo de película.
Un lugar de visita obligatoria si vas a viajar a Marruecos.
Las largas horas de viaje en autobús, bien merecen la pena.
Se encuentra al sur de Marruecos, a 190 km de Marrakech y 30 km de Ouarzazate,
en la región de Souss-Massa-Draa.
Esta Ksar o ciudad amurallada, es Patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Es un lugar muy turístico ya que es una de las "ksar" mejor conservadas del sur de Marruecos.
En ella se han rodado películas como La momia, Gladiator, Lawrence de Arabia, Babel, Prince of persia, Alejandro Magno o series como Juego de Tronos y...
Recomendamos probar la tortilla bereber en el bar que hay al principio del puente, realmente deliciosa.
En el trayecto de Marrakech a Ait Ben Haddou atravesamos varias aldeas, desiertos y subimos puertos de montaña. La mayoría de estos pequeños poblados o aldeas se encuentran estratégicamente situadas junto al cauce de los ríos, ya que es donde pueden sembrar algo de cultivo y donde brota la mayoría de la escasa vegetación de estas tierras tan desérticas.
A lo largo del camino pueden verse por todas partes, pequeños puestos improvisados y tiendas de fósiles y minerales, ya que estos son muy abundantes por la zona y tras regatear durante un rato se pueden conseguir a buen precio. Esto es el paraíso de los coleccionistas de fósiles, pero hay que tener mucho cuidado con las imitaciones ya que entre los originales suele haber mucha falsificación.
Cauce del rió Ounila prácticamente seco.
Esta puerta fue construida exclusivamente para el rodaje de la película La joya del Nilo, por lo que no pertenece al ksar. Al finalizar el rodaje se decidió mantener dicha construcción.
Mientras nuestros compañeros de autobús fueron "arrastrados"al restaurante acordado por los organizadores del viaje, nosotros decidimos ir por nuestra cuenta a visitar el poblado y saltarnos la comida. A cambio pudimos realizar nuestra visita casi en solitario y disfrutar de una agradable charla con uno de los vendedores, un muchacho bereber que nos invitó a tomar té en su tienda.
Los bereberes (por costumbre) prefieren el trueque antes que la venta y suelen preguntar a los viajeros si tienen algo para hacer intercambio, a ser posible artículos de su país de procedencia.
En nuestro caso cambiamos un "smartswach" por una daga y un colgante de una cruz bereber, ambas cosas totalmente artesanales. Lo mejor de todo fue el rato que pudimos compartir con nuestro joven amigo sin prisas ni agobios. Ambos quedamos satisfechos con el trueque.
Fue un placer el poder perdernos por las estrechas callejuelas sin encontrarnos con la presencia de grupos de turistas por todas partes. Este es un lugar al que recomendamos venir en temporada bajar para poder disfrutarlo mejor.
Andar por sus calles es como retroceder en el tiempo.
El río separa la ciudad antigua de la nueva, a la cual se han trasladado a vivir la mayoría de los marroquies por cercanía a la carretera y a que las casas son construidas con ladrillo y requieren de menos mantenimiento.
Las casas están construidas en adobe (paja y barro), lo cual requiere un mantenimiento continuo, ya que este material sufre mucho desgaste por la lluvia y el viento y la vida estimada de sus construcciones es de unos 50 años.
Foto tomada en una de las paradas del autobús para fotografiar el paisaje, en el viaje de camino al desierto de Merzouga. Aquí os dejamos el enlace de la entrada del blog dedicada al desierto...
Justo después de hacer esta fotografía este niño se acercó a pedirnos dinero por haberle fotografiado.
La mayoría de los marroquies o no te dejan fotografiarlos o te piden dinero por ello.